A las autoridades mexicanas no les quedó más que hacer exhortos para evitar el remate de objetos patrimoniales de nuestro país, para así buscar herramientas internacionales que faciliten el trabajo, reconoce la secretaria de Cultura.

En conferencia pública emitida la tarde de este martes, unas horas después de concretarse la subasta en París, Francia, de nombre “Quetzalcoatl: Serpent à plumes” (Quetzalcóatl: serpiente emplumada), en la que fueron rematadas 26 de 30 piezas arqueológicas de culturas que habitaron el territorio mexicano y avaladas como auténticas por autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), así como tres más que las autoridades desecharon por tratarse de obras falsas, la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto, expresó su indignación por la puja y la imposibilidad de intervención.

“Hace unos minutos que terminó la primera subasta e indigna ver cómo se vendieron las piezas, se vendieron incluso las falsas”, declaró la funcionaria. “Vamos a seguir trabajando de la mano de la diplomacia para lograr mejores resultados y herramientas internacionales que nos permitan recuperar el patrimonio que es parte de nuestra identidad”

En las leyes del país galo, indicó, “la carga de la prueba está situada en la posesión. Allá se presume que la posesión es legal y, a partir de eso, es como vender un bien privado dentro del mercado. Es muy difícil que México pueda probar en qué momento salió una pieza y bajo qué condiciones salió porque es un tema de tráfico ilegal o de coleccionistas que hicieron colecciones en una época en donde (en México) todavía no existía siquiera una ley al respecto”.