Dulce María Silva Hernández, usó sus influencias políticas para sacar a su amiga Érika Sayuri García Chávez de la ‘cárcel’, quien fue detenida el pasado 6 de junio de este año por presunta participación en un fraude cometido por su cónyuge, Luis Rodrigo Arias Medina, quien se encuentra detenido desde el pasado 22 de marzo del 2019.

La esposa de César Yáñez, quien fuera apresada en el periodo del extinto ex gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, hizo que el Fiscal General del Estado, Gilberto Higuera Bernal y las autoridades competentes, le fijaran el 7 de junio del presente año, una irrisoria garantía de $100,000.00 para ponerla en libertad, misma que consiguió.

Según sus allegados, gracias a las amenazas que profirió ante las autoridades, ya que en repetidas ocasiones advirtió sobre su estrecha cercanía a la esposa de César Yáñez, quien le garantizó haber girado órdenes precisas al Fiscal General, Gilberto Higuera Bernal, para que no solicitaran la prisión preventiva, burlando así la ley para poder gozar de su libertad bajo fianza.

Por su parte, la jueza incluso le reclamó a la MP su incongruencia, pues primero fue muy dura con la indiciada y luego pidió que le aflojaran las amarras, lo que provocó que mandará un mensaje el presidente de México:

“Señor presidente López Obrador: es lamentable que situaciones como estas se estén dando en las peteneras de su gobierno, pues usted ha sido muy enfático en recalcar que en esta Cuarta Transformación no tiene cabida la corrupción, y lo que está haciendo la señora DULCE MARÍA SILVA HERNÁNDEZ tiene un nombre: INFLUYENTISMO. Amedrentar a las autoridades locales usando de salvoconducto la relación que su marido César Yáñez tiene (o tenía) con usted, es una mancha atroz en su proyecto de nación”.